Estados Cruzados: El Principado de Antioquía


Los Estados Cruzados

El Principado de Antioquía fue uno de los estados cruzados creado durante la Primera Cruzada.

Mientras Balduino de Boulogne y Tancredo dirigían al este de Asia Menor a establecer el Condado de Edesa, el ejército principal de la Primera Cruzada continuó su marcha hacia el sur, a sitiar Antioquía.

Bohemundo de Taranto dirigió el sitio, iniciado en octubre de 1097. Con más de cuatrocientas torres, la ciudad era casi impenetrable. El sitio duró todo el invierno, con mucho sacrificio para los Cruzados.




Estados Cruzados: El Condado de Trípoli


Escudo de Armas del
 Condado de Trípoli
El Condado de Trípoli fue el último en crearse de los cuatro grandes estados cruzados en Levante. Algunas de las principales ciudades del mismo eran SafitaTartous Trípoli del Líbano.


El origen del condado se remonta a 1102, cuando el conde Raimundo IV de Tolosa, uno de los líderes de la Primera Cruzada, inició una larga guerra con los Banu Ammar, emires de Trípoli (en teoría vasallos de los califas fatimíes de El Cairo), por la que fue ganando gran parte de su territorio hasta asediarlos en la propia Trípoli.

Raimundo murió en 1105, dejando a su hijo menor Alfonso Jordán como heredero, y a su primo, Guillermo Jordán de Cerdaña, como regente. Este último prosiguió el asedio de Trípoli durante los siguientes cuatro años, cuando un hijo bastardo de Raimundo, llamado Beltrán, que había sido regente de Toulouse, llegó a Tierra Santa. Estos dos llegaron al acuerdo de que cada uno se quedaría con sus propias conquistas, lo que benefició a Beltrán, pues tomó él la ciudad. Poco después moría Guillermo Jordán, y Beltrán se convertía en el único señor.

Estados Cruzados: El Condado de Edesa

El Condado de Edesa fue uno de los principados cruzados del siglo XII, centrado en torno a la ciudad de Edesa, la cual contaba con una larga historia desde la Antigüedad, además de una extensa tradición cristiana.

El condado de Edesa se encontraba tierra adentro, rodeado de territorio musulmán, alejado de los demás principados y no mantenía buenas relaciones con su vecino más próximo, el Principado de Antioquía; además, la mitad del condado, incluida su capital, se encontraba al este del río Éufrates y por tanto en una posición muy oriental con respecto a los demás territorios cruzados. Su parte occidental, al oeste del Éufrates, se regía desde la fortaleza de Turbessel.