La Octava Cruzada

Entre los años 1265 y 1268, los egipcios mamelucos conquistaron una serie de territorios cristianos en el litoral de Palestina y del Líbano, como Haifa o Antioquía, además de Galilea y de Armenia. El Oriente Medio vivía una época de anarquía entre las órdenes religiosas que deberían defenderlo, así como entre comerciantes genoveses y venecianos. El rey de Francia Luis IX (San Luis), retomó entonces el espíritu de las cruzadas y lanzó una nueva iniciativa armada, la Octava Cruzada, en 1270, aunque sin gran repercusión en Europa. Los objetivos eran ahora diferentes de los proyectos anteriores: geográficamente, el teatro de operaciones no era el Levante si no Túnez, y el propósito más que militar, era la conversión del emir de la misma ciudad norteafricana.

La Séptima Cruzada

La Séptima Cruzada fue liderada por Luis IX de Francia entre 1248 y 1254. En 1244 los musulmanes retomaron Jerusalén tras la tregua de diez años que siguió a la Sexta Cruzada. Este hecho no supuso el gran impacto que en ocasiones anteriores, debido a que Occidente ya había visto como Jerusalén cambiaba de manos en diversas ocasiones.

La Sexta Cruzada

La Sexta Cruzada comenzó en 1228, tan sólo siete años después del fracaso de la Quinta Cruzada, y fue un nuevo intento de recuperar Jerusalén.

El emperador Federico II había intervenido en la Quinta Cruzada, enviando tropas alemanas, pero sin llegar a liderarlas personalmente, pues necesitaba consolidar su posición en Alemania e Italia antes de embarcarse en una aventura como la Cruzada. No obstante, prometió tomar la cruz después de su coronación como emperador en 1220 por el Papa Honorio III.

La Quinta Cruzada


Andrés II de Hungría

La Quinta Cruzada, entre 1217 y 1221 d.C., fue un intento de retomar Jerusalén y el resto de Tierra Santa derrotando en primer lugar al poderoso estado Ayubí de Egipto. Los ejércitos cruzados estaban compuestos por las enormes fuerzas militares del rey Andrés II de Hungría y por los batallones del príncipe austríaco Leopoldo IV de Austria.

A consecuencia de varias guerras entre el Reino de Hungría y el Imperio Bizantino, el trato final de paz establecido incluyó que el joven principe Béla, el hermano menor del rey Esteban III de Hungría se criase en al corte del emperador Manuel I Comneno. Educado en Bizancio, el jóven príncipe regresó a Hungría tras la muerte de su hermano mayor para ocupar el trono como Béla III de Hungría en el 1173.

La Cuarta Cruzada

La Cuarta Cruzada, entre 1202 y 1204 d.C, fue organizada para reconquistar Tierra Santa, pero varió su rumbo terminando con la conquista y el saqueo de Constantinopla, capital del Imperio Bizantino.

La Tercera Cruzada no había logrado recuperar Jerusalén, que continuaba bajo dominio musulmán. El tratado que Ricardo “Corazón de León” y Saladino habían firmado en 1192 dejaba en poder de los cristianos sólo una estrecha franja costera desde Tiro hasta Jaffa, aunque aseguraba la seguridad de los peregrinos cristianos que viajasen a Jerusalén.

El Papa Inocencio III, deseoso de establecer la autoridad de la Santa Sede en todo el orbe cristiano, tenía un gran interés por los asuntos de los estados cristianos de Oriente.

La Tercera Cruzada

La Tercera Cruzada fue un intento europeo de recuperar Tierra Santa del poder de Saladino. Se llevó a cabo entre 1189 y 1192 d.C. Es conocida también como la Cruzada de los Reyes.

Tras el fracaso de la Segunda Cruzada, Nur ad-Din se hizo con el control de Damasco y unificó Siria. Con la finalidad de extender su poder, Nur ad-Din puso los ojos en la dinastía fatimí de Egipto. En 1163, su general de más confianza, Shirkuh, emprendió una expedición militar hacia el Nilo. Acompañaba al general su joven sobrino, Saladino.
Cuando las tropas de Shirkuh acamparon frente a El Cairo, el sultán de Egipto, Shawar pidió ayuda al rey Amalarico I de Jerusalén. En respuesta, Amalarico envió un ejército a Egipto y atacó las tropas de Shirkuh en Bilbeis, en 1164.

La Segunda Cruzada

La Segunda Cruzada fue la segunda gran campaña militar de una serie de campañas denominadas en su conjunto como Las Cruzadas y que, durante los siglos XII y XIII, partieron desde Europa occidental hacia Oriente Medio, con el fin de conquistar Tierra Santa y en particular la ciudad de Jerusalén, que se encontraban en manos musulmanas desde el siglo VII.

Tras la Primera Cruzada se establecieron tres estados cruzados en oriente: el Reino de Jerusalén, el Principado de Antioquía y el Condado de Edesa. Un cuarto estado, el condado de Trípoli se creó en 1109.