Cartago fue una importante ciudad de la Antigüedad, fundada por los mercaderes fenicios procedentes de Tiro en un enclave costero del norte de África, cerca de la actual ciudad de Túnez. Su fundación tuvo lugar aproximadamente en el siglo IX a. C. con el nombre de Qart Hadasht.
Era una escala ideal para las líneas comerciales fenicias que abarcaban todo el Mediterráneo y aún más allá de lo que los griegos conocieron como "Las Columnas de Hércules" hoy conocido como estrecho de Gibraltar.
Según la leyenda, la reina Dido (o Elisa) encabezó una expedición que desde Tiro llegó a las costas tunecinas para establecerse. Dido solicitó al rey local tierras para fundar una ciudad y el rey, reacio a la intrusión, le concedió lo que ocupara una piel de toro. Dido era una mujer ingeniosa y cortó la piel en finísimas tiras con las que abarcó una gran extensión. La leyenda nos damos cuenta de la razón de ser que los cartagineses: la astucia, el engaño en la transacción que es la madre del comercio, virtudes que los púnicos (así conocían los romanos a los cartagineses ya que eran fenicios) consideraban señas de identidad nacionales.
Era una escala ideal para las líneas comerciales fenicias que abarcaban todo el Mediterráneo y aún más allá de lo que los griegos conocieron como "Las Columnas de Hércules" hoy conocido como estrecho de Gibraltar.
Según la leyenda, la reina Dido (o Elisa) encabezó una expedición que desde Tiro llegó a las costas tunecinas para establecerse. Dido solicitó al rey local tierras para fundar una ciudad y el rey, reacio a la intrusión, le concedió lo que ocupara una piel de toro. Dido era una mujer ingeniosa y cortó la piel en finísimas tiras con las que abarcó una gran extensión. La leyenda nos damos cuenta de la razón de ser que los cartagineses: la astucia, el engaño en la transacción que es la madre del comercio, virtudes que los púnicos (así conocían los romanos a los cartagineses ya que eran fenicios) consideraban señas de identidad nacionales.