Bajo el imperio de Trajano, el Imperio Romano conoció el cenit de su grandeza. Jamás Roma había sido tan grande y tan poderosa. Cincuenta millones de personas vivían en lo que los ciudadanos romanos creían que era el paraíso.
A la muerte de Nerva, un año después, Trajano, que estaba inspeccionando la frontera romana en Germania, le sucedió como emperador. Sin embargo, no regresó a Roma hasta algunos años más tarde haciendo entonces una entrada triunfal siendo aclamado por la multitud por sus virtudes de modestia y nobleza de espíritu.
Celebró su entronización dando gratificaciones a sus soldados y también asegurando la manutención de los hijos de los hombres libres pobres en Roma y otras ciudades italianas; de esta manera continuó con el sistema de generosidad gubernativa iniciado por Nerva.
Renovó el Senado al nombrar senadores procedentes de las provincias orientales y fue eliminando numerosas tareas que fueron conferidas a la burocracia. Controlaba todas las iniciativas no sólo de carácter estatal sino también provincial y favoreció la asistencia estatal entregando regulares subsidios las familias pobres. Los senadores fueron obligados a comprar tierras en Italia con el fin de introducir nuevos capitales en la economía agraria. Llevó a cabo un intenso programa de infraestructuras tanto para el desplazamiento de las tropas como para el comercio, que se vio favorecido. Puentes, calzadas y canales fueron construidos.
En el 101, emprendió su primera campaña contra los dacios, en el sureste de Europa. La lucha fue larga y feroz, pero hacia el 106, los romanos habían sometido a todo el país, que se convirtió en la provincia romana de Dacia. Esta conquista se celebró con juegos que duraron cuatro meses. Se levantó la famosa Columna Trajana en el Foro de Trajano, en Roma (106-113 d.C.), para conmemorar la victoria.
En el año 113 d.C., el emperador dirigió una gran expedición a Oriente contra los partos. Desembarcó en Siria, anexionó Armenia y el norte de Mesopotamia como provincias romanas, conquistó Ctesifonte, la capital parta en el río Tigris, y avanzó hasta el golfo Pérsico. En este punto, los judíos de Mesopotamia aprovecharon el aislamiento del emperador para rebelarse. Regresó a Roma, pero murió de camino en Selinonte, en la provincia romana de Cilicia. Plotina, que había acompañado a su esposo en su última expedición, regresó a Roma con una urna de oro conteniendo sus cenizas y los imperiales restos fueron depositados en la columna Trajana.
Plotina no tuvo descendencia, pero influyó en la decisión de Trajano -poco antes de morir- de adoptar como heredero a Adriano, por quién Plotina sentía una gran estima.
A pesar de que pasó la mayor parte de su reinado ocupado en las campañas militares, realizó diversas reformas administrativas. Se construyeron vías nuevas, canales y puentes, se restauró la vía Apia, se desecó parte de la llanura Pontina, y se levantó el magnífico Foro de Trajano, en Roma. En Italia, se construyó el puerto de Centum Cellae (la actual Civitavecchia), y en la provincia romana de Numidia, en el norte de África, se fundó la ciudad de Timgad. Sus numerosas construcciones públicas debilitaron las arcas imperiales, pero contó con el apoyo del Senado. Hacia los cristianos demostró una actitud intransigente, pero no promovió ninguna persecución.
Trajano |
Marco Ulpio Trajano (53-117 d.C.), emperador romano (98-117 d.C.), conquistador de la Dacia y Mesopotamia, y primer emperador romano de origen hispano, gobernó con el nombre de César Divino hijo de Nerva, Nerva Trajano Optimo Augusto y también fue llamado César Nerva Trajano Germánico. Nacido en Itálica (cerca de la actual Sevilla, en la Bética), lo más probable es que su familia fuera de origen romano. De joven se instruyó en el Ejército romano y tomó parte activa en las campañas de Hispania, Siria y Germania, durante los reinados de los emperadores Tito y Domiciano. Se distinguió como general de inteligencia excepcional, y en el 91 fue elegido cónsul. En el 97, el emperador Nerva le adoptó y asoció al Imperio.
A la muerte de Nerva, un año después, Trajano, que estaba inspeccionando la frontera romana en Germania, le sucedió como emperador. Sin embargo, no regresó a Roma hasta algunos años más tarde haciendo entonces una entrada triunfal siendo aclamado por la multitud por sus virtudes de modestia y nobleza de espíritu.
Celebró su entronización dando gratificaciones a sus soldados y también asegurando la manutención de los hijos de los hombres libres pobres en Roma y otras ciudades italianas; de esta manera continuó con el sistema de generosidad gubernativa iniciado por Nerva.
Renovó el Senado al nombrar senadores procedentes de las provincias orientales y fue eliminando numerosas tareas que fueron conferidas a la burocracia. Controlaba todas las iniciativas no sólo de carácter estatal sino también provincial y favoreció la asistencia estatal entregando regulares subsidios las familias pobres. Los senadores fueron obligados a comprar tierras en Italia con el fin de introducir nuevos capitales en la economía agraria. Llevó a cabo un intenso programa de infraestructuras tanto para el desplazamiento de las tropas como para el comercio, que se vio favorecido. Puentes, calzadas y canales fueron construidos.
En el 101, emprendió su primera campaña contra los dacios, en el sureste de Europa. La lucha fue larga y feroz, pero hacia el 106, los romanos habían sometido a todo el país, que se convirtió en la provincia romana de Dacia. Esta conquista se celebró con juegos que duraron cuatro meses. Se levantó la famosa Columna Trajana en el Foro de Trajano, en Roma (106-113 d.C.), para conmemorar la victoria.
En el año 113 d.C., el emperador dirigió una gran expedición a Oriente contra los partos. Desembarcó en Siria, anexionó Armenia y el norte de Mesopotamia como provincias romanas, conquistó Ctesifonte, la capital parta en el río Tigris, y avanzó hasta el golfo Pérsico. En este punto, los judíos de Mesopotamia aprovecharon el aislamiento del emperador para rebelarse. Regresó a Roma, pero murió de camino en Selinonte, en la provincia romana de Cilicia. Plotina, que había acompañado a su esposo en su última expedición, regresó a Roma con una urna de oro conteniendo sus cenizas y los imperiales restos fueron depositados en la columna Trajana.
Plotina no tuvo descendencia, pero influyó en la decisión de Trajano -poco antes de morir- de adoptar como heredero a Adriano, por quién Plotina sentía una gran estima.
El Imperio Romano bajo el poder de Trajano, año 98 a 117 dC |
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