Alexander von Humboldt
Friedrich Wilhelm Heinrich
Alexander Freiherr von Humboldt, nació en Berlín, Alemania, el 14 de septiembre de 1769, y falleció el 6
de mayo de 1859 en la misma ciudad. Fue geógrafo, astrónomo, humanista, naturalista y explorador,
hermano menor del lingüista y ministro Wilhelm von Humboldt.
Es considerado el "Padre de la
Geografía Moderna Universal". Fue un naturalista de una polivalencia
extraordinaria, que no volvió a repetirse tras su desaparición. Los viajes de
exploración le llevaron de Europa a América del Sur, parte del actual
territorio de México, Estados Unidos, Canarias y a Asia Central. Se especializó
en diversas áreas de la ciencia como la etnografía, antropología, física,
zoología, ornitología, climatología, oceanografía, astronomía, geografía,
geología, mineralogía, botánica, vulcanología y el humanismo.
Formación y exploraciones
Nació el 14 de septiembre de 1769
en Berlín, hijo de Alexander Georg von Humboldt, un oficial del ejército de
Federico II el Grande de Prusia, y de Marie Elizabeth von Hollwege, heredera de
una fortuna de un matrimonio anterior. Recibió educación en el castillo de
Tegel, del actual distrito de Reinickendorf, Berlín1 2 y se formó
intelectualmente en Berlín, Fráncfort del Oder y Gotinga. Durante su
adolescencia deseaba dedicarse a la carrera militar, pero su familia lo alejó
de esta inclinación. Realizó su primer viaje formativo en la primavera de 1790
y lo llevó a lo largo del río Rin hasta Holanda y de allí a Inglaterra, con lo que
empezó a soñar con navegar a otros continentes. El regreso a su país lo hizo en
el marco de la Revolución francesa, lo que contribuyó al fortalecimiento de sus
ideas liberales.
Estudió en la Escuela de Minas de
Freiberg y trabajó en un departamento del gobierno, pero tras la muerte de su
madre a finales de 1796 renunció a su carrera de funcionario público prusiano y
se lanzó de lleno a sus ambicionados viajes científicos. Tenía disponibilidad
de fondos económicos, fruto de su herencia, y se relacionaba con personalidades
como Friedrich Schiller y Johann Wolfgang von Goethe.
Viajó a París y planeó un viaje
por África. Sin embargo, este proyecto se vio truncado, por lo que decidió
partir a explorar América del Sur y Centroamérica (1799). En compañía del francés
Aimé Bonpland, y del ecuatoriano Carlos de Montúfar (desde 1802) recorrió diez
mil kilómetros en tres etapas continentales. Las dos primeras en Sudamérica,
partiendo de Cumaná y Caracas, y en el Alto Orinoco, visitando La Esmeralda y
el río Casiquiare. La segunda de Bogotá a Quito por los Andes, y la tercera
recorriendo la Nueva España, donde obtuvo las autorizaciones necesarias para
recorrer el vasto territorio, con la condición de que no revelara esa
información al gobierno de Estados Unidos. Logró recopilar gran cantidad de
datos sobre el clima, los recursos naturales, la orografía, la flora y la fauna
de la región. En la Nueva España, se levantó, bajo su dirección, el primer
censo nacional,[cita requerida] e impresionado por la riqueza y por la forma
del territorio lo calificó como "el cuerno de la abundancia".
Visitó Santa Fe de Bogotá con el
principal objetivo de entrevistarse con el botánico José Celestino Mutis, lo
que le representó tener que remontar el río Magdalena y ascender por los
caminos de los Andes. Realizó importantes estudios de los volcanes del Ecuador,
donde fue recibido en Quito por los aristócratas locales.
Humboldt terminó sus viajes por
América con una visita a Estados Unidos, donde fue huésped del presidente
Thomas Jefferson, un aficionado de los estudios geográficos, en especial sobre
la Nueva España, poco después México, gracias a los cuales Estados Unidos
obtuvo información estratégica de la riqueza de su vecino y del estado de
debilidad interior que lo aquejaba. Los servicios de Humboldt, aportados
ingenuamente, fueron cruciales para avivar el deseo norteamericano por
apoderarse de los territorios mexicanos, como al poco tiempo ocurrió. De hecho
el "Mapa de la Nueva España", que a la postre apareció publicado en
su "Ensayo Político de la Nueva España" (1811), era conocido y
utilizado por el ejército de Estados Unidos con miras a la guerra contra
México.
Finalmente Humboldt, Bonpland y
Montúfar regresaron a Europa desde Filadelfia, llegando el 30 de junio de 1804
a Francia. En París conoció a Simón Bolívar, quien solía decir que Humboldt era
"el descubridor científico del Nuevo Mundo, cuyo estudio ha dado a América
algo mejor que todos los conquistadores juntos". Humboldt conoció en París
en 1818 al joven científico peruano estudiante en la École Royal de Mines de
París Mariano Eduardo de Rivero y Ustariz, de quien fue años después su gran
amigo y mentor, como fue del ecuatoriano Montúfar, quien volvió al Ecuador a
luchar por la independencia de su patria.
Viaje de Humboldt y Bonpland por
América
Humboldt y su
compañero de aventuras, el botánico Aimé Bonpland, partieron de España desde el
puerto de la Coruña, el 5 de junio de 1799, evadiendo barcos de guerra
británicos que bloqueban la costa. Regresaron a Europa vía el puerto francés de
Burdeos cinco años después, el 3 de agosto de 1804. Sea cual fuere el
itinerario que tuvieron en mente al partir, pronto se esfumó en un laberinto de
accidentes y circunstancias fortuitas que acompañaron al viaje. Junto con sus
logros científicos multifacéticos, estaba su alegre manejo de peligros
asombrosos, incomodidades y contratiempos (varias veces se les anunció muertos
en algunos periódicos europeos y estadounidenses), lo que hizo de sus viajes
toda una sensación para el público estadounidense y europeo en esa época.
Junio de
1799–diciembre de 1800: Venezuela
Después de una
escala en las islas Canarias, la nave de Humboldt se dirigió a Cuba. Pero la
tifoidea se desató a bordo mientras el barco se aproximaba a la costa
sudamericana, y el capitán, en pánico, desembarcó en Cumaná, Venezuela. En este
cambio repentino de planes, Humboldt y Bonpland aprovecharon la oportunidad,
los siguientes 16 meses, de viajar 1.500 millas por el interior de Venezuela y
recolectar cerca de 5.000 especímenes de flora, 3.000 de los cuales eran
desconocidos para la botánica europea. Entre los fenómenos que Humboldt estudió
de cerca, estaban el uso del hule natural y la fisiología de la anguila
eléctrica. Él llevó el veneno curare a Europa por primera vez.
Sus viajes,
después de cruzar los grandes llanos (savanas) del interior venezolano, lo
llevaron a la espectacular anomalía hidrográfica del Casiquiare, un canal
natural que une al río Orinoco de Venezuela con el río Negro en la cuenca
brasileña. Aquí, Humboldt observó petroglifos en lo alto de un risco que
dominaba al río Negro, lo que hizo nacer su fascinación con las culturas
precolombinas y su convicción de que, lejos de ser gente primitiva, las tribus del Nuevo Mundo representaban sociedades avanzadas que habían tenido
contacto marítimo transocéanico y habían degenerado. Humboldt realizó
cuidadosas observaciones de singularidades astronómicas —incluyendo un eclipse
solar en octubre y una lluvia de meteoritos en noviembre de 1799, una de las
más grandes de que se tenga registro—, junto con observaciones precisas de un
terremoto y amplias anotaciones de lo que llamó “mareas atmosféricas”: un
aumento y descenso en la temperatura y las mediciones barométricas en cuatro
oscilaciones diarias, exactamente a la misma hora, a una completa variación con
el calor normal del día (“El mercurio baja de las 9 en punto de la mañana hasta
las 4 de la tarde. Entonces, sube hasta las 11, cae de nuevo hasta las 4:30, y
sube hasta las 9”.).
Diciembre de
1800–marzo de 1801: Cuba
Después de un
arriesgado viaje de 25 días, Humboldt y Bonpland desembarcaron en la Havana,
Cuba, la “perla de las Antillas Españolas”. También era la capital del
esclavismo en la región, controlado sobre todo por los británicos, y Humboldt
recabó estadísticas que constituyeron uno de los cuerpos acusatorios de la
esclavitud más devastadores que se hayan reunido. “Sería fácil probar”,
escribiría Humboldt más tarde, “que en todas las Indias Occidentales, ahora
quedan apenas unos 2.400.000 negros y mulatos (libres y esclavos), de los casi
5.000.000 de africanos que se trajeron de 1670 a 1825. Estos cálculos sobre el
consumo de la raza humana no incluyen el número de esclavos desafortunados que
perecieron en el camino o que fueron arrojados al mar como mercancía dañada”.
Humboldt crítico con dureza la escuela británica de Adam Smith por nombre, por
presentar la “mayor de las iniquidades” como un “beneficio universal”. Humboldt
pensó dirigirse después a los Grandes Lagos de los EU, bajar, y hacer un mapa
del Misisipí, atravesar México, e ir a la Filipinas. Pero justo en ese momento
llegó a sus manos un periódico que decía que la expedición francesa que casi
partiera hacía dos años con Humboldt a bordo desde Francia, se había
reorganizado bajo el mando del capitán Baudin, y estaba por zarpar hacia
Sudamérica y los Mares del Sur. Humboldt decidió alcanzarlo en Lima, Perú. Así
que se dirigió de vuelta a Sudamérica.
Marzo de
1801–marzo de 1803. Sudamérica
A su llegada a
Cartagena, Colombia, los dos viajeros se embarcaron en lo que se alargaría a
dos años de viaje por la “columna vertebral de Sudamérica”, el gran corredor de
volcanes conocido como los Andes. Aquí florecieron el conocimiento y las
investigaciones de Humboldt en la geografía de las plantas, los fenómenos
volcánicos de todo tipo —ahí rompió de forma definitiva con la escuela
“neptunista” de geología, que sostenía que toda la formación de rocas era
fundamentalmente sedimentaria—, y de las múltiples facetas de la historia, la
arqueología y la etnografía de las civilizaciones indias americanas. También
dominó el montañismo de altura y estableció una marca mundial en las laderas
del Chimborazo, en Ecuador, que nadie superó por 30 años.
Fue en Quito,
Ecuador, en junio de 1802, que Humboldt descubrió que su esfuerzo por alcanzar
la expedición de Baudin fue en vano; Baudin regresó al este por el Atlántico
Sur, para circunnavegar el globo vía África, en vez de hacerlo por el oeste,
vía la costa del Pacífico de Sudamérica.
Tras sus
hazañas de montañismo, los viajeros se encaminaron hacia el sur, cruzando la
Cordillera de los Andes, a las tibias aguas del Amazonas por un corto tiempo; y
volviendo a cruzar entonces hasta Cajamarca, donde Humboldt vio que la aguja de
su compás se balanceaba de norte a sur: fue la primera determinación de un
valor exacto (en la inclinación de la aguja) para el “ecuador magnético”, y
serviría como norma mundial de la medición por 35 años.
Poco después,
en las montañas de Trujillo, Perú, los viajeros vieron por primera vez el
Pacífico. Pasaron 2 meses aburridos empacando y enviando sus colecciones a
México y Europa, pero Humboldt aprovechó el tiempo para realizar observaciones
del tránsito de Mercurio cruzando el Sol, para establecer con exactitud la
longitud del puerto de Lima, Callao, también por primera vez.
Humboldt
decidió proceder de ahí a la más avanzada de las posesiones españolas en las
Américas, la Nueva España (México). Viajando en barco, en una escala en
Guayaquil, Ecuador, hizo mediciones de la gran corriente fría de esa parte de
la costa sudamericana, que viene del norte, misma que desde entonces se conoce
en la geografía mundial Üntcomo la Corriente de Humboldt; a pesar de las
propias protestas reiteradas de Humboldt de que de ningún modo él la había
descubierto, sino que sólo la había investigado.
Marzo de
1803–abril de 1804: México
Humboldt y sus
acompañantes (Carlos de Montúfar, hijo del gobernador de la provincia de Quito,
se había unido a la expedición en los Andes) viajaron relativamente poco en
México, en relación a las grandes distancias de las fases anteriores de la
expedición. Pero Humboldt llevó a cabo la investigación más completa de todo el
viaje, con un acceso sin precedentes a los archivos del vicerreinato
concernientes a sus recursos naturales, su gobierno, sus ingresos y egresos, y
mucho más. Sus viajes personales lo llevaron a centros de minería en Taxco,
Real del Monte y Guanajuato, en compañía de sus viejos amigos de la Escuela de
Minería de Freiburg.
Y no podía
pasar por alto los grandes volcanes de México, entre ellos el volcán Jorullo
que empezaba a nacer levantándose en unos campos de maíz desde hacía sólo unos
40 años antes. El resultado fue un tratado de geografía política que estableció
una norma mundial para ese tipo de escritos en la época: Ensayo político del reino
de la Nueva España.
Abril de
1804–agosto de 1804: Cuba y los EU
Humboldt había
pensado seguir hacia el oeste desde México para completar la circunnavegación
del globo. Pero, en cambio, se dirigió a Europa. Sus razones, como lo expresara
en una carta de la época, fueron: “El estado lamentable de nuestros
instrumentos, lo vano de nuestros esfuerzos por remplazarlos, la imposibilidad
de reunirnos con el capitán Baudin, la falta de un barco que pudiera llevarnos
a las islas encantadas del Pacífico Sur, pero sobre todo la urgente necesidad
de emparejarnos con el rápido avance de la ciencia que debió haber durante
nuestra ausencia, son los motivos para abandonar nuestro proyecto de regresar
vía las Filipinas y por el Mar Rojo a Egipto. . .”
En cambio,
después de un breve alto en la Havana, se desvió para ver los EU de América y a
su presidente, Thomas Jefferson.
El remate a la gran expedición
americana fue una visita a los Estados Unidos, donde Humboldt ya era
considerado como investigador y científico. Su visita fue aprovechada por el
presidente Thomas Jefferson, quien lo tuvo tres semanas como
"huésped" en Washington DC y Filadelfia. Además de sondear las ideas
de su huésped acerca de los límites de estadounidenses con relación a los ríos
Sabina o Grande y un canal interoceánico, Jefferson ordenó al Secretario del
Tesoro, Albert Gallatin hacer copias de los mapas y otros materiales del
científico.
Finalmente
vería costas europeas de nuevo el 3 de agosto de 1804.
En agosto de 1804 – después de
cinco años de viaje - Alexander de Humboldt regresa con su material científico
a París y es recibido y celebrado por diez mil personas. Entusiasmó y cautivó a
la gente con su curiosidad y su saber. El tiempo siguiente lo pasa en París
analizando sus resultados, en 1807 se muda a esta ciudad. Luego apoya a varios
científicos y artistas (entre ellos el matemático Karl-Friedrich Gauss y el
músico Felix Mendelssohn Bartholdy), y aconseja al joven Werner von Siemens con
la fundación de su empresa. Los planes para su “segunda vocación en la vida”,
un viaje de investigación a Asia, son obstaculizados una y otra vez.
Humboldt y Bonpland publican
varias obras de manera conjunta, la más importante de las cuales es el Viaje a
las regiones equinocciales del Nuevo Continente, aparecida en francés, en 13
volúmenes, entre 1816 y 1831.
Entre 1804 y 1827 se estableció
en París, donde recopiló y publicó el material recogido en su expedición,
contenido todo él en treinta volúmenes que llevan por título "Viaje a las
regiones equinocciales del Nuevo Continente".16 Uno de los hallazgos
derivados de sus expediciones es el estudio sobre el vulcanismo y su relación
con la evolución de la corteza terrestre. Durante su estadía en el Perú y
Chile, Alexander von Humboldt pudo percatarse de la diferencia de temperaturas
del Océano Pacífico en determinadas épocas del año, especialmente las aguas
frías que provienen desde el sur del continente americano en su desplazamiento
hasta el norte, pasando por la costa peruana. De allí comenzó a llamarse esta
corriente oceánica como Corriente de Humboldt.
En 1827 regresó a Berlín, fue
nombrado chambelán del rey y se convirtió en uno de sus principales consejeros,
por lo que realizó numerosas misiones diplomáticas.
Expedición a Rusia
En 1829, por encargo del zar,
efectuó un viaje por la Rusia asiática, en el curso del cual visitó Dzhungaria
(frontera con China) y el Altái. Durante los últimos veinticinco años de su
vida, se concentró principalmente en la redacción de "Cosmos",17
monumental visión global de la estructura del universo. Humboldt es considerado
uno de los últimos ilustrados.16
Tras haber gastado toda su
fortuna, murió en 1859, sin dejar descendientes y sus restos fueron sepultados
en el panteón de Tegel.
Contribuciones de Humboldt a la
ciencia
Los textos suramericanos de
Humboldt comprenden treinta volúmenes publicados en treinta años. Compuestos de
libros científicos, atlas, tratados de geografía y economía de Cuba y México,
una narrativa de sus viajes y un examen crítico de la historia de la geografía
del Nuevo Continente. Humboldt escribe sus textos científicos en colaboración
con otros científicos. Dedicó el volumen consagrado a geología a su amigo
Goethe. En su “Cosmos”, cuyo objetivo era comunicar la excitación intelectual y
la necesidad práctica de la investigación científica, describe en cinco
volúmenes todos los conocimientos de la época sobre los fenómenos terrestres y
celestes.
Se atribuye a Humboldt la
invención de nuevas expresiones, como isodinámicas, isotermas, isoclinas, Jurásico
y tempestad magnética. Desarrolló las bases de la geografía física, la
geofísica y la sismología. Demostró que no puede haber conocimiento científico
sin experimentación verificable.
Honores y reconocimientos
A lo largo de la historia son muy
numerosos los reconocimientos que ha recibido la figura de Humboldt: especies
biológicas, elementos geográficos, parques y reservas naturales, localidades,
calles, buques, cuerpos espaciales, universidades, institutos, colegios, etc.
Asimismo su figura ha sido reproducida en sellos y billetes.
En 1827, Humboldt recibió la
nacionalidad mexicana como reconocimiento a sus labores, por parte del primer
presidente de México, Guadalupe Victoria. En 1859, el presidente mexicano
Benito Juarez lo declaró Benemérito de la Patria.
Obra de Humboldt
La obra bibliográfica es extensa.
Sin embargo, son dos las obras que se pueden considerar como extremas o
maestras: la primera de ellas escrita originalmente en francés y titulada Le
voyage aux régions equinoxiales du Nouveau Continent (Viaje a las regiones
equinocciales del Nuevo Continente), escrita entre 1799-1804, por Alexandre de
Humboldt y Aimé Bonpland (París, 1807). La obra está compuesta de unos 30
folios en cuatro volúmenes y engloba un número considerable de obras
subordinadas, siendo las más importantes entre las que se pueden enumerar:
- Vue des Cordillères et monuments des peuples indigènes de l'Amérique (“Vista de la Cordillera y monumentos de los pueblos indígenas de América”), (1810).
- Examen critique de l'histoire de la géographie du Nouveau Continent (Examen crítico de la historia de la geografía del Nuevo Continente”), (1814-1834).
- Atlas géographique et physique du royaume de la Nouvelle Espagne (“Atlas geográfico y físico del virreinato de la Nueva España”), (1811).
- Essai politique sur le royaume de la Nouvelle Espagne (Ensayo Político sobre el reino de la Nueva España), (1811).
- Essai sur la géographie des plantes (Ensayo sobre la geografía de las plantas), (1805).
- "Relation historique (Relación histórica) (1814-1825), una narración inconclusa de sus viajes, inclusive: Essai politique sur l'île de Cuba (“Ensayo político sobre la isla de Cuba”).
La segunda obra de gran
importancia y relevancia es “Kosmos” (“Cosmos”). Iniciada su redacción cuando
Humboldt tenía 76 años de edad, es una obra que constituirá la coronación de su
vida. Los primeros dos capítulos fueron publicados y básicamente elaborados
entre los años 1845 y 1847. La idea de este trabajo deriva del deseo de
comunicar una descripción gráfica del mundo físico que él había estudiado y
observado durante casi medio siglo. Esta idea toma forma, por primera vez,
después de una serie de conferencias dictadas por él en la Universidad de
Berlín en el invierno de 1827–1828.
Fuentes:
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