Escudo del Imperio de Nicea |
El Imperio de Nicea fue el mayor de los estados fundados por los refugiados del Imperio bizantino tras la conquista de Constantinopla por los occidentales durante la Cuarta Cruzada. Duró de 1204 a 1261.
En 1204, el emperador bizantino Alejo V Ducas huyó de Constantinopla en lugar de hacer frente al ejército cruzado. Constantino Láscaris fue coronado en la basílica de Constantinopla, pero poco después tuvo que huir a la ciudad de Nicea en Bitinia, al comprender que la situación en Constantinopla resultaba insostenible. Teodoro sustituyó poco después a su hermano Constantino en el trono con el nombre de Teodoro I Láscaris.
En 1204, el emperador bizantino Alejo V Ducas huyó de Constantinopla en lugar de hacer frente al ejército cruzado. Constantino Láscaris fue coronado en la basílica de Constantinopla, pero poco después tuvo que huir a la ciudad de Nicea en Bitinia, al comprender que la situación en Constantinopla resultaba insostenible. Teodoro sustituyó poco después a su hermano Constantino en el trono con el nombre de Teodoro I Láscaris.
El Imperio Latino, establecido por los cruzados en Constantinopla, no logró establecer su control sobre el antiguo territorio bizantino, por lo que surgieron estados sucesores del dominio bizantino en Epiro y Trebisonda, así como en Nicea. Pero Nicea era la más próxima al Imperio Latino y se encontraba en la mejor posición para intentar reestablecer el Imperio Bizantino.
Teodoro I Láscaris no logró un éxito inmediato, pero sí pudo arrebatarle gran parte de Anatolia noroccidental al emperador latino Balduino I. En 1206, sintiéndose seguro, se confirmó como emperador coronándose en Nicea.
Durante los siguientes años, se establecieron y rompieron numerosas treguas y alianzas, según se desarrollaban las luchas entre los distintos estados sucesores de Bizancio, el Imperio Latino y los turcos selyúcidas de Iconio o Sultanato de Rüm (cuyo territorio también era fronterizo con el de Nicea). Teodoro trató de reforzar sus derechos nombrando un nuevo Patriarca de Constantinopla en Nicea.
En 1260 Miguel Paleólogo comenzó el asalto de la propia Constantinopla, algo que sus predecesores había sido incapaces de llevar a cabo. Se alió con Génova y su general Alexios Strategopoulos dedicó meses a estudiar Constantinopla para planear su ataque. En julio de 1261, Alexios pudo convencer a los guardias de que abriesen las puertas de la ciudad. Una vez dentro, incendió el barrio veneciano (pues Venecia era la enemiga de Génova y en gran medida la responsable de la toma de la ciudad en 1204). Miguel fue reconocido emperador pocas semanas más tarde, restaurando el Imperio Bizantino.
Los habitantes del Imperio restaurado consideraron al Imperio de Nicea como el verdadero sucesor del Imperio Bizantino, aunque aún seguían existiendo el Imperio de Trebisonda y el principado latino de Acaya. Acaya sería pronto reconquistada, pero Trebisonda permaneció independiente hasta la conquista otomana. El Imperio restaurado tuvo que hacer frente desde entonces a la nueva amenaza que representaban los turcos otomanos que surgieron en sustitución de los derrotados selyúcidas.
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Miguel Paleólogo |
En 1260 Miguel Paleólogo comenzó el asalto de la propia Constantinopla, algo que sus predecesores había sido incapaces de llevar a cabo. Se alió con Génova y su general Alexios Strategopoulos dedicó meses a estudiar Constantinopla para planear su ataque. En julio de 1261, Alexios pudo convencer a los guardias de que abriesen las puertas de la ciudad. Una vez dentro, incendió el barrio veneciano (pues Venecia era la enemiga de Génova y en gran medida la responsable de la toma de la ciudad en 1204). Miguel fue reconocido emperador pocas semanas más tarde, restaurando el Imperio Bizantino.
Los habitantes del Imperio restaurado consideraron al Imperio de Nicea como el verdadero sucesor del Imperio Bizantino, aunque aún seguían existiendo el Imperio de Trebisonda y el principado latino de Acaya. Acaya sería pronto reconquistada, pero Trebisonda permaneció independiente hasta la conquista otomana. El Imperio restaurado tuvo que hacer frente desde entonces a la nueva amenaza que representaban los turcos otomanos que surgieron en sustitución de los derrotados selyúcidas.
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