El Imperio Latino

Escudo de Armas del Imperio Latino
En 1204 los caballeros de la Cuarta Cruzada establecieron un estado cruzado conocido como Imperio Latino o Rumania, con base en Constantinopla, tras saquear la ciudad. Se proclamaban como los sucesores cristianos del Imperio Bizantino. Balduino IX, conde de Flandes, fue coronado como su primer emperador con el nombre de Balduino I de Constantinopla el 16 de mayo de 1204.

El nombre latino del emperador era Imperator Romaniae, o Emperador de Rumania. El nombre no tiene nada que ver con el estado actual; es la forma latina del título de Emperador Bizantino, a quien el emperador latino esperaba reemplazar. El Imperio Bizantino nunca se llamó de esta forma y el título del emperador era Basileos Rhomaion, o Emperador de los Romanos.


 

El Imperio Latino no logró establecer su control sobre el antiguo territorio bizantino, por lo que surgieron estados sucesores del dominio bizantino en Epiro y Trebisonda, así como en Nicea. Pero Nicea era la más próxima al Imperio Latino y se encontraba en la mejor posición para intentar reestablecer el Imperio Bizantino.


Teodoro I Láscaris no logró un éxito inmediato, pero sí pudo arrebatarle gran parte de Anatolia noroccidental al emperador latino Balduino I. En 1206, sintiéndose seguro, se confirmó como emperador coronándose en Nicea.


Esto produjo el curioso efecto de que en Europa existían al mismo tiempo tres imperios romanos, siendo el otro el Sacro Imperio Romano Germánico.


El Imperio Latino y sus vasallos
El Imperio Latino reclamó todas las tierras controladas por el Imperio Bizantino en el momento en que Constantinopla fue conquistada y ejercieron control sobre áreas de Grecia (los Estados Cruzados: el Reino de Tesalónica, el Principado de Acaia y el Ducado de Atenas).

Sin embargo, la mayoría del territorio permaneció en manos de estados rivales dirigidos por aristócratas del antiguo imperio, como el Despotado de Epiro, el Imperio de Nicea y el Imperio de Trebisonda.

El Imperio Latino finalizó el 25 de julio de 1261 cuando Miguel VIII Paleólogo reconquistó Constantinopla, derrocando al último emperador latino Balduino II. Los herederos de Balduino II siguieron utilizando el título de Emperador de Constantinopla durante un siglo, y se veían como teóricos amos de varios estados latinos en el mar Egeo.

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