El Califato era el territorio bajo jurisdicción del califa, considerado dirigente supremo de la comunidad musulmana y sucesor del profeta Mahoma. Bajo Mahoma, el Estado musulmán era una teocracia que tenía como base jurídica la Sharia, conjunto legislativo fundamentado en los principios religiosos y morales del Islam. Los califas, sucesores de Mahoma, eran jefes seculares y religiosos. Sin embargo, no tenían poder para formular dogma alguno, porque se pensaba que la revelación divina fue manifestada en su totalidad a través del profeta.
Los suníes (seguidores de la Sunna, cuerpo de la ley islámica basada en los ejemplos del profeta), que constituyen el grupo más numeroso del mundo musulmán, conceptúan el periodo de los cuatro primeros califas como la edad de oro del Islam. Sin embargo, otros grupos como los chiitas consideran este periodo de forma diferente. Esta distinta valoración del califato ha producido duros enfrentamientos a lo largo del tiempo entre chiitas y suníes. La cuestión del califato ha suscitado en la historia islámica más discordia que cualquier otro artículo de fe.
Los suníes (seguidores de la Sunna, cuerpo de la ley islámica basada en los ejemplos del profeta), que constituyen el grupo más numeroso del mundo musulmán, conceptúan el periodo de los cuatro primeros califas como la edad de oro del Islam. Sin embargo, otros grupos como los chiitas consideran este periodo de forma diferente. Esta distinta valoración del califato ha producido duros enfrentamientos a lo largo del tiempo entre chiitas y suníes. La cuestión del califato ha suscitado en la historia islámica más discordia que cualquier otro artículo de fe.