Luego de la reforma religiosa iniciada por Martín Lucero, durante casi 20 años, la Iglesia Católica había visto cómo gran parte de los católicos se peleaban entre ellos en Europa y sus obispos, dejaban de reconocer al Papa como Primus inter pares o como máxima autoridad de la Iglesia Católica, y se separaban de Roma incluso algunos cardenales.
En consecuencia, hubo muchos partidarios de Roma que requerían una reacción de su Iglesia Católica, que mejorase sus costumbres y corrigiera los errores que habían alimentado la Reforma Protestante. A esta reacción de la Iglesia Católica contra el protestantismo se le conoce generalmente con el nombre de Contrarreforma Católica.
La solución fue convocar a un Concilio donde se pudiesen discutir las posibles reformas. No se convocó este concilio sino hasta 1545, reunión que será conocida como Concilio de Trento. Las sesiones del Concilio de Trento duraron casi 17 años, ya que fueron interrumpidas muchas veces, varios Papas se sucedieron en Roma, y finalizó en 1562.
En consecuencia, hubo muchos partidarios de Roma que requerían una reacción de su Iglesia Católica, que mejorase sus costumbres y corrigiera los errores que habían alimentado la Reforma Protestante. A esta reacción de la Iglesia Católica contra el protestantismo se le conoce generalmente con el nombre de Contrarreforma Católica.
La solución fue convocar a un Concilio donde se pudiesen discutir las posibles reformas. No se convocó este concilio sino hasta 1545, reunión que será conocida como Concilio de Trento. Las sesiones del Concilio de Trento duraron casi 17 años, ya que fueron interrumpidas muchas veces, varios Papas se sucedieron en Roma, y finalizó en 1562.