El Imperio Mongol

Los mongoles, nómades de las estepas eurasiáticas, fundaron en el siglo XIII, bajo el liderazgo de Gengis Khan, el mayor imperio de la historia.

Eran una tribus de jinetes nómadas de las estepas del Asia Central; su lugar de origen coincide aproximadamente en la actualidad con la república de Mongolia y las franjas meridionales de Siberia. En el siglo XIII, bajo el liderazgo de Gengis Khan protagonizaron un movimiento de expansión de tal magnitud, que el imperio mongol llegó a extenderse desde China por el este, a Rusia y el imperio islámico por el oeste.

Los pueblos mongoles pertenecen al amplio grupo de pueblos mongoloides, del que también forman parte chinos, japoneses, coreanos, thais, etc. Su medio geográfico configuró una forma de vida nómada, basada en el pastoreo de cabras, ovejas y caballos, muy similar a la de otros pueblos esteparios, como los turcos y los tunguses (manchúes), con los que también comparten una filiación lingüística (lenguas uralo-altaicas). Agrupados en tribus, vivían en tiendas que transportaban consigo en sus desplazamientos en busca de nuevos pastos, no practicaban la agricultura ni tenían ciudades o asentamientos permanentes. El chamanismo y la veneración de los fenómenos naturales constituían sus principales prácticas religiosas.




Estas circunstancias motivaron el que los mongoles raramente fundaran Estados, aunque se dieron algunas excepciones. Como otros pueblos nómadas, los mongoles eran excelentes arqueros y jinetes.

Gengis Khan

Gengis Khan
En 1196 Temuyin, un jefe de clan mongol, fue elegido khan o kan (soberano) por una asamblea de las tribus. En pocos años sometió a su autoridad a todas las tribus turcas y mongolas que vivían en torno al Baikal, y en 1206 fue proclamado khagan (soberano supremo) por todas las comunidades, y adoptó el nombre de Gengis Khan (soberano universal). Organizó su nuevo Estado sobre dos pilares. El ejército y cuerpos auxiliares de ingenieros e infantería, normalmente reclutados entre los pueblos sometidos, y empleados en los asedios de ciudades.

Por otro lado, la yasa era la ley imperial que daba cohesión y organizaba el conjunto de las Instituciones del Imperio. La soberanía era electiva dentro de la familia de Gengis Khan, cuyos miembros acaparaban los máximos poderes civiles y militares. La cancillería imperial y el tribunal supremo eran dirigidos por mongoles. El Imperio se dividía en distritos militares, y los jefes del ejército, miembros del gran consejo imperial, se encargaban también de la administración, auxiliados por una numerosa y eficiente burocracia, escogida entre los pueblos sometidos.

Con estos elementos, los mongoles emprendieron una espectacular serie de conquistas. En 1209 sometieron el reino tungús de Xixia, después conquistaron el norte de China hasta Pekín (1215). Gengis Khan obtuvo el vasallaje pacífico de los kara-kitai (1218) y atravesó sus tierras en 1221 para conquistar el sultanato turco musulmán de Jwarizm (noreste de Irán). Combinando la tolerancia con las poblaciones sometidas pacíficamente y la mayor crueldad con los enemigos vencidos, convirtió el terror en un arma tan eficaz como su ejército. Sus lugartenientes Subotay y Djebe realizaron una incursión al sur de Rusia, venciendo a los cumanos y los rusos en Kalka, en 1223.


El Imperio Mongol
A la muerte de Gengis Khan (1227) el imperio, que se extendía desde Manchuria hasta el mar Caspio, estaba repartido entre su hijos, bajo la soberanía del Gran Khan. En 1229 la asamblea de los nobles mongoles eligió para este puesto a Ogodei. Éste continuó las conquistas mientras organizaba el imperio, estableciendo la capital en Karakorum (1235). Batu, sobrino de Ogodei, acompañado por Subotay y Mangu, marchó sobre Occidente, destruyendo a los búlgaros del Volga (1236), aplastando a los rúsos y tomando Kiev (1240). Atacó entonces Polonia, Hungría y Alemania, llegando hasta el Adriático (1241). Pero cuando iba a atacar Viena, la noticia de la muerte de Ogodei le hizo volver rápidamente a Karakorum para defender sus derechos al trono. Tras un periodo de minorías y regencias (1241-51), durante el reinado de Mangu Khan (1251-59) el imperio alcanzó su máxima extensión. Su hermano Hulagu, gobernador de Persia, acabó con la secta de los asesinos (1256) y conquistó todo Irak, ejecutando al último califa de Bagdad (1258), pero fue vencido por los mamelucos de Egipto en Am Yalut (1260).

Kublai Khan y la disgregación del Imperio

Kublai, otro hermano de Mongu, fue elegido Gran Khan (1260-1294). En seguida trasladó su capital a Pekín, llamada Kanbalik. Desde allí completó la conquista de toda China (1279) y envió expediciones contra Japón, Indochina e Indonesia. Bajo su reinado y el de sus sucesores, el Imperio chino-mongol alcanzó una gran prosperidad, gracias al orden interno y a que la tolerancia y la pax mongolica impuestas sobre gran parte de Asia favorecían enormemente el intercambio de ideas y mercancías.

Fue en esta época cuando el famoso viajero veneciano Marco Polo llegó a la corte del Gran Khan, donde recibió cargos y honores. También llegaron otros comerciantes y misioneros, como el franciscano Ruysbroek.

Pero también en esta época comenzó la disolución del inmenso Imperio. Su nieto Kaidu fundó un kanato independiente en Asia central, que sólo fue sometido por Timur (1295-1307), sucesor de Kublai, que no pudo impedir sin embargo la pérdida de control sobre los khanatos o khanatos occidentales. La misma dinastía Yuan fue derrocada en China por los Ming (1368) y sus descendientes se retiraron de nuevo a Mongolia.

Los khanatos de Asia central y occidental

A partir de 1260 el imperio se había convertido en una federación de khanatos, bajo la soberanía cada vez mas teórica del Gran Khan, frecuentemente enfrentados entre sí.

En Asia central, el kanato de Chagatay, tras una fase de expansión, comenzó su declive a la muerte de Kaidu (1301), mientras se turquizaba e islamizaba progresivamente. Tras sufrir el embate de Tamerlán (finales del siglo XIV) y la presión de los rusos, se dividió en varios khanatos que fueron progresivamente absorbidos por el Imperio Ruso (siglos XVI-XX).

Al oeste, el khanato de Quipcap o de la Horda de Oro, en Siberia occidental, impuso su autoridad a los principados rusos y llegó a amenazar Bizancio. Islamizado superficialmente, se alió con los mamelucos, ayudando a su victoria en Am Yalut. Debilitado por la rebeldía de los príncipes de Moscú (1380) y la derrota frente a Tamerlán (1395), perdió definitivamente el control sobre Moscovia en 1480, y se escindió en los khanatos de Kazán, Astrakán y Crimea. El último de ellos logró resistir el expansionismo ruso hasta fines del siglo XVIII.

Las conquistas de Hulagu en Persia llevaron a la fundación del Imperio de los Ilkhanes o Iljanes. Éstos, tras algunos intentos de alianza con la cristiandad europea contra los mamelucos y los príncipes musulmanes de Siria, acabaron convirtiéndose también al islam a finales del siglo XIII. Esto no impidió la disgregación de su imperio a la muerte de Abu Said (1335).


Tamerlán
Los timuríes

En 1360, el turco islamizado Tamerlán (Timur Lenk, «el cojo») se proclamó descendiente de Gengis Khan y unificó a las tribus turcas y mongolas de Asia central. En una serie de campañas devastadoras sometió a su autoridad toda Persia, el khanato de Quipcap (1396), el norte de la India (1399) y el sultanato otomano de Asia Menor (1402). Pero a su muerte (1405), su gran Imperio, con capital en Samarcanda, se desintegró rápidamente.

Un descendiente suyo, Babar, fundó en 1506 el Imperio mogol de la India, que gobernaría durante dos siglos la mayor parte del subcontinente, hasta su sometimiento por los ingleses entre los siglos XVIII y XIX.






 
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