El Reino de Israel



Las 12 Tribus de Israel
  Tras salir de Egipto, casi tres millones de israelitas vagaron por el desierto durante una generación, para invadir luego la tierra de Canaán destruyendo ciudades cananeas, como Ai, Jericó y Hazor bajo las órdenes de Josué.

En sus ataques iniciales bajo Josué los hebreos ocuparon la mayoría de Canaán, que repartieron según las líneas familiares tradicionales derivadas de los hijos de Jacob y de José (las tribus de Israel). No había ningún gobierno formal, y el pueblo era guiado por los jueces.


En 1140 aC las tribus cananeas intentaron expulsar a las tribus israelitas del norte y centro del país. Según la Biblia, la defensa de los israelitas fue conducida por Barak y la profetisa Débora, derrotando a los cananeos. En 1020 aC el pueblo de Israel, dirigido por Samuel, derrota a los filisteos al norte de Jerusalén. Israel pacta con los cananeos para mantener el control sobre aquellos.


 



El Reino de Israel
 Según los libros de Samuel, el último de los jueces, la nación pidió un rey porque los hijos de Samuel, que habían sido designados como jueces, emplearon mal su cargo; aunque él intentó disuadirlos, los israelitas estaban resueltos, por lo que Saul ben Qish, de la tribu de Benjamín, fue ungido como rey por Samuel.


El Reino unido de Israel
El Reino de Israel abarcaba en la época de máxima expansión una extensión muy superior a la del actual estado de Israel, ya que se extendía del sur del Líbano a la península del Sinaí y del mar Mediterráneo al río Jordán, según las escrituras bíblicas.

El reinado de Saúl fue corto. Murió en batalla contra los filisteos; fuentes antimonárquicas implican a David, sugiriendo que él había estado al lado de los filisteos. El heredero, Ishbaal ben Saúl, asumió el control de Israel pero gobernó solamente dos años antes de que lo asesinaran. David, que se había convertido en rey de Judá, acabó con los rebeldes y fue designado rey de Israel en lugar de Ishbaal. Cierto número de críticos y eruditos bíblicos han sugerido que David fue realmente responsable del asesinato, y su posición al contrarrestar la rebelión era un intento de legitimarse.


Israel se rebela y designa a Absalom, hijo de David, como nuevo rey. La Biblia entonces describe como Israel se rebela, asume el control de Judea, forzando a David al exilio al este del Jordán. Pero David lanzó un contraataque y triunfó, aunque con la pérdida de Absalom, su hijo. Reconquistada Judea, y afirmado el control sobre Israel, David regresa al oeste del Jordán, aunque continúa sufriendo rebeliones por parte de Israel, superando con éxito cada una. Tras arrebatar Jerusalén a los jebuseos, trasladó a esta ciudad fortificada la corte, que estaba en Hebrón, y el Arca de la Alianza, que se encontraba en Quiryat Yearim.

Bajo su gobierno, Israel pasó de reino a imperio, y su esfera de influencia militar y política en el Oriente Medio se amplió, controlando a estados más débiles como a los filisteos, Moab, Edom, Ammon, y convirtiendo en vasallas a algunas ciudades-estados arameas. Las fronteras iban del mar Mediterráneo al desierto árabe, del mar Rojo al río Éufrates.
A la muerte de David le sucedió su hijo Salomón, que obtuvo el reino sobre su hermano mayor, Adonías, a quién mató más adelante. El reinado de Salomón trajo una paz sin precedentes.

Tanto David como Salomón firmaron alianzas con el rey de Tiro, y a cambio de la devolución de sus tierras llegaron en gran número artesanos, trabajadores expertos, dinero, joyas, madera de cedro y otras mercancías. Salomón reconstruyó gran número de ciudades importantes, como Megido, Hazor, y Gazer. Emprendió numerosas obras arquitectónicas, entre las que destaca por encima de todas la construcción del Templo de Jerusalén como asiento para el Arca de la Alianza; también levantó un palacio y realizó obras públicas como un terraplén que unía el templo con la ciudad de Jerusalén.
Reinó durante 40 años, durante los cuales la seguridad interna y el control de las vías de comunicación facilitaron la expansión del comercio, trayendo una gran prosperidad.



La división del Reino: Israel y Judá



Los Reinos de Israel y Judá
  A la muerte de Salomón, circa 926 aC, dejando como heredero a su hijo Roboam, las tensiones entre el norte de Israel que contenía las 10 tribus norteñas, y la sección meridional con las tribus de Judá y Benjamín y capital en Jerusalén, alcanzaron un punto de crisis. Cuando en 920 aC. Roboam desoyó las quejas económicas, Israel quedó partido en 2 reinos: el de Israel (incluyendo Siquem y Samaría), en el norte y el de Judá (con Jerusalén) en el sur; la mayoría de las provincias no-hebreas se separaron.

El reino de Israel, al norte, se mantuvo como estado independiente desde el año 930 aC. hasta el 720 aC., cuando fue conquistado por el imperio asirio. El reino de Judá, existió hasta el 586 aC., cuando fue conquistado por el imperio babilónico.

El final del Reino de Israel

En el 853 aC. Salmanasar III de Asiria y posteriormente Sargón II en el 722 aC. conquistaron Israel destruyendo su capital, Siquém, en Samaría, y enviando a la población al exilio y cautiverio. La mayoría de los habitantes, incluyendo la clase dirigente, fue deportada a otras tierras ocupadas por el imperio asirio y se trajeron gentes de esos lugares a Samaria. Así, dispersados entre otras naciones, asimilados en nuevas culturas, llegaron a perder su identidad original. Nunca volvieron, como pueblo, a la tierra de Israel; se les llamó las diez tribus perdidas.

El final del Reino de Judá
En 586 aC. Babilonia conquista Judá. Gran parte de la población, sobre todo la nobleza, fue deportada a Babilonia. Entre 722 y 586 aC. Se produce la primera diáspora. Los judíos fueron tomados como esclavos en lo que se refiere comúnmente como Cautiverio de Babilonia, o bien huyeron a Egipto, Siria, Mesopotamia, o Persia. En 559 aC. Ciro II el Grande se convirtió en rey de Persia, conquistando Babilonia en el 539 aC. El Imperio Persa gobernó Asia occidental, incluyendo a Israel, hasta el 333 aC.


Ciro permitió que Sesbasar, príncipe de la tribu de Judá, y Zorobabel llevaran a los judíos de Babilonia a Jerusalén. Se les permitió volver con los objetos del Templo que los babilónico habían tomado, y comenzaron la construcción del segundo templo, que se concluirá en 525 aC. bajo la dirección espiritual de los profetas Ageo y Zacarías. En este tiempo Tierra Santa era una satrapía persa conocida como Yehud.
En 445 aC. Artajerjes nombró virrey de Judá a Nehemías, que fortificó Jerusalén para defenderse del gobernador Samaria. Los samaritanos construyeron su propio Templo en el monte Garizim en 428 aC.

Los persas fueron derrotados por Alejandro Magno, en el 331 aC., en cuyo imperio queda incluido Israel. Se dice que no atacó Jerusalén después que una delegación de judíos lo satisficiera y le aseguraran su lealtad, mostrándole ciertas profecías contenidas en las escrituras.
En el 323 aC. moría Alejandro, y en la lucha por el poder Israel cambió de manos por lo menos cinco veces en apenas veinte años. Babilonia y Siria fueron gobernadas por los seléucidas, y Egipto por los ptolomeos. En esta época comenzaron a tomar importancia algunas sectas, como los fariseos, saduceos y esenios.


El rey seléucida Antíoco IV Epífanes atacó y venció a los ptolomeos y conquistó su imperio, saqueando Jerusalén para usar los fondos del Templo. Entre 174-163 aC. promulgó varias ordenanzas para conseguir la helenización de los judíos: trató de suprimir el culto a Yahveh, prohibió el judaísmo suspendiendo toda clase de manifestación religiosa y trató de establecer el culto a los dioses griegos. Pero el sacerdote judío Matatías y sus dos hijos (los Macabeos) consiguieron levantar a los "judíos piadosos" (jasidim) en su contra y lo expulsaron. La fiesta judía de Jánuca conmemora este hecho (I Macabeos).

Reino asmoneo

Judas Macabeo recuperó Jerusalén en 164 aC, purificando el Templo, reanudando los sacrificios; en 150 aC se expulsó a los sirios de Jerusalén, formandose Judá como Estado judío independiente. Comenzaba el reinado de los Asmoneos, apoyado por los fariseos (168-142 aC.). Cuando el imperio seléucida cayó en 129 aC, el estado judío adquirió plena autonomía.

Juan Hircano, hijo de Simón Macabeo y sumo sacerdote, gobernó desde Jerusalén entre 134 y 104 aC, pero no fue reconocido como rey al no ser descendiente de David. Se anexionó Jordania, Samaria, Galilea e Idumea, con el apoyo de Roma. Los idumeos fueron forzados a convertirse al judaísmo.



Palestina en el sigloI
 
Ocupación romana
En el año 63 aC. Pompeyo conquistó la región, convirtiéndola en reino tributario de Roma, y entre 57 y 55 aC. Aulo Gabinio, procónsul de Siria, repartió el reino asmoneo en Galilea, Samaría y Judea, con 5 distritos bajo la jurisdición de un Sanedrín. Reprimió una revuelta popular y restituyó a Juan Hircano II como sumo sacerdote.


En 40 aC. Herodes el Grande fue designado rey de los judíos por el Senado romano, lo que no indicaba independencia pero sí una cierta autonomía. Le sucedió Herodes Antipas, nombrado tetrarca de Galilea y Perea el año 4 aC. Durante su reinado nacieron Jesús y San Juan Bautista, seguramente en el año 4 aC.


En el año 6, Arquelao, etnarca de Samaría, Judea e Idumea fue depuesto por Augusto, y el territorio se anexionó a Siria como Provincia de Judea, con capital en Cesárea, bajo gobierno directo de Roma.
Siguió un breve periodo de paz en Judá y Galilea durante los años 7-26. El año 26 Poncio Pilatos fue nombrado gobernador de Judea. Durante su mandato (26 - 36) fue decapitado Juan Bautista y crucificado Jesús.

En el año 66 comienza la primera de las guerras judeo-romanas, cuando Eleazar ben Ananías cesó los rezos y los sacrificios en el Templo en honor al emperador romano y mandó atacar a la guarnición de Jerusalén, todo ello debido al robo del tesoro del Templo. Herodes Agripa II huyó y los judíos consiguieron hacer frente al legado de Siria hasta la llegada del general Vespasiano en el año 67, que logró conquistar el norte. En el 69 fue nombrado emperador, dejando a su hijo Tito el encargo de tomar Jerusalén, cosa que logró en el 70, destruyendo el segundo Templo. La última fortaleza rebelde, Masada, cayó el año 73. A continuación, los romanos sustituyeron la figura del procurador por un pretor, y estacionaron de forma permanente la X Legión.

Tras la revuelta, toda Judea se convirtió en una provincia en ruinas, con una Jerusalén reducida a escombros y el Templo destruido. Aproximadamente 1.100.000 judíos murieron y 97.000 fueron capturados y esclavizados. Desde el punto de vista histórico, la derrota de los judíos fue una de las causas de la Diáspora, numerosos judíos se dispersaron tras perder su estado y algunos de ellos fueron vendidos como esclavos en diferentes lugares del Imperio Romano, y una de las mayores catástrofes de la historia judía, que acabó con la historia del estado judío en la antigüedad. Desde el punto de vista religioso, por otro lado, la destrucción del Templo de Jerusalén supuso la pérdida espiritual más importante de los judíos, que todavía hoy recuerdan en el día de duelo de Tisha b'Av.



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2 comentarios:

Unknown dijo...

Amigo Gustavo: la polémica que envuelve a las tribus y su dispersión, según lo oculto en un librito muy curioso, queda desvelada con pruebas aplastantes que tienes a disposición, en www.lascosasdechurruca.com, que está dando que hablar por lo que supone.
La historia está desubicada a conciencia, por intereses políticos y religiosos, según se desprende del mismo.
Espero te sea de ayuda.
Un saludo. Vidal.

Unknown dijo...

Amigo Gustavo: los hechos relatados en las Escrituras, están desubicados de los escenarios donde se desarrollaron, y suelen quedar en supuestos mitos y leyendas hasta que aparecen las pruebas que los avalan.
Gracias a un curioso librito que aportó las pistas, he conseguido localizarlos en su origen, que tienes a disposición, junto con las pruebas que lo confirman, en www.lascosasdechurruca.com, que está dando que hablar por lo que supone.
Espero te sirva para un próximo estudio.
Un saludo. Vidal.